La puerta es guardiana del umbral : protege el acceso. Pero, acaso la puerta no asienta a veces en su estructura o en su forma el resumen arquitectural del sitio secreto, de donde se deduce el secreto de la puerta misma?
La serie Las puertas secretas es el fruto de una aventura personal dentro del mundo de la representacion de universos picturales ligados a los arquetipos, a toda nocion de umbral, de abertura, de revelación y deciframiento. Aunque ciertas obras permanecen rectangulares, varias de ellas presentan una estructura más arquitectural, mucho más elaborada, con el cuidado de la simetría y del equilibrio.
El proyecto Las puertas secretas nació de un trabajo anterior intitulado El secreto de la isla, donde cada isla-óleo era una puerta abierta a un océano de mitologías y leyendas. Luego, las islas también habían surgido de otra serie exploratoria : Tarokado, una interpretación contemporánea de diferentes barajas del juego de naipes. Proyectos que nacen los unos de los otros, se apoyan mutuamente y comunican, por así decirlo, valiéndose de diferentes corredores que van de un cuarto al otro. Las puertas están ya allí, en dicho espacio, del Tarokado al Secreto de la isla y, de éste, a Las puertas secretas, estas últimas subrallando el aspecto evolutivo y de laboratorio de ciertos sitios.
Lo que yo hé esperado con respecto a ese nuevo proyecto, es poder poner énfasis en un itinerario dado, hecho de rozamientos, de enigmas y de imágenes múltiples. Al principio existe la puerta de entrada, luego el viaje empieza, atravesando cada puerta, pasando a través de las puertas secretas hasta llegar a la puerta de en medio para, finalmente, alcanzar la puerta de la mobilidad del tiempo. Esta última hace que las épocas desfilen sobre un rollo-testigo de la marcha de los siglos. La inclusión de mecanismos simples permite entonces una interactividad con el observador. Esta obra está provista de una ventana con puertas correderas que, una vez abiertas, dejan aparecer el rodillo pintado. Luego, el rodillo se maneja gracias a la rotación de la “flecha del tiempo”, que puede verse en la parte inferior de la obra. El conjunto de las obras invita ciertamente a un paseo en el tiempo, a una búsqueda de coherencia, apoyándose sobre ciertas huellas, señales, pistas - descubiertas aquí y allá. La “travesía” depende ciertamente de cada espectador, así como de cada uno de sus pasos y miradas más allá de cada puerta. El presente no es sino la parte más visible de las horas que pasan, y esta pintura - bajo ciertos aspectos - depende de una tentativa: dar una mirada a las puertas extrañas de nuestro mundo coloreado; una mirada deformada, ciertamente, a veces incluso desconcertante, una mirada que persiste en querer - a su manera - espiar más allá del otro lado del velo.
LA PUERTA
DE ACCESO
Óleo y acrílico sobre tela, yeso y madera 1,72 X 1,17m. 1995
PUERTA
DE LA ISLA SOBRE LA CIUDAD
Óleo sobre tela y yeso 2,2 X 1,22m. 1995
VENTANAS
GIRANDO
Óleo sobre tela y madera 1,57 X 1,32m. 1995
EL SOL ES UNA LIRA
Óleo sobre tela y madera, 1,77m. X 91cm. 1996
CABEZAS
GIRATORIAS
Óleo sobre tela, madera, mecates, 2,14m. X 2,29m. X 46 cm. de
profundidad
PUERTA DE PIEDRAS ALZADAS
Óleo sobre tela, cemento, madera, piedras, 2,51 X 1,22m. 1998
LAS
PUERTAS SECRETAS
Óleo sobre tela y madera, 2,22 X 1.83m. 1999
PUERTA
DE EN MEDIO
Óleo sobre tela y madera, 1,45 X 1,17m. 1999
PUERTA DE LA MOBILIDAD DEL TIEMPO
Óleo sobre tela y madera, 1,17 X 1,45m. 2000
Las puertas secretas